domingo, 26 de febrero de 2012

El año de la liebre

Arto Paasilinna
La narrativa finlandesa tiene un hueco, por fin, en las librerías españolas. Anagrama lleva una década publicando las delirantes novelas de Arto Paasilinna (1942); Salamandra editó el año pasado una obra soberbia: Purga, de Sofi Oksanen (1977); y Libros del Asteroide ha rescatado recientemente un libro importante en la literatura ártica: Mi abuelo llegó esquiando, de Daniel Katz (1938). 

Paasilinna está de suerte. Desde el pasado otoño se han lanzado dos titulos suyos en Anagrama: El mejor amigo del oso (en la colección Compactos) y el espléndido El año de la liebre. Con la reseña de este último, estreno mi colaboración con la revista digital Culturamas.

jueves, 23 de febrero de 2012

Acceso no autorizado

Belén Gopegui
 
Nueva reseña publicada en La Tormenta en un Vaso. Turno ahora para Acceso no autorizado, octava y última novela de Belén Gopegui, quien tras editar varias obras en Anagrama (La escala de los mapas, Tocarnos la cara, La conquista del aire, Lo real, El lado frío de la almohada, El padre de Blancanieves y Deseo de ser punk), se estrena en Mondadori.

sábado, 11 de febrero de 2012

A sangre y fuego


 Manuel Chaves Nogales

Nueva reseña en La Tormenta en un Vaso, en esta ocasión, sobre el libro de relatos A sangre y fuego, escrito durante la Guerra Civil por el periodista Manuel Chaves Nogales.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Cine iraní y guerra preventiva (I)


En los últimos años, distintos cineastas iraníes nos han contado cómo es la vida en el Teherán del siglo XXI. Cada uno de ellos se ha centrado en un tema: el arte como manifestación del deseo de libertad de la juventud, pese a la censura ideológica (Bahman Ghobadi); o el mundo frustrante y complejo de las relaciones familiares (Ashgar Farhadi). Sus películas muestran la cara pública (perseguida, acosada) de una sociedad activa, en tránsito hacia una democracia verdadera; así como su reverso privado, en donde la enfermedad, el paro, la educación en valores o la conciliación del trabajo con la casa, se revelan problemas idénticos a los que sufrimos aquí, en Occidente.

 Nadie sabe nada de los gatos persas


Nadie sabe nada de los gatos persas (Ghobadi. 2009) fue rodada en Irán de modo clandestino. A medio camino entre el documental y la obra de ficción, este largometraje se interroga sobre el papel que desempeña la música rock en un país que trata de encontrarse a sí mismo. Protagoniza la historia una pareja de músicos (Ashkan y Negar) cuyo sueño consiste en crear una banda underground. Para ella, las canciones son un vehículo de expresión de la afectividad; para él, un viento huracanado, capaz de transformar un paisaje de arena. No obstante, ambas concepciones de la cultura están prohibidas, razón por la que componen y ensayan en el más absoluto de los secretos. La cinta muestra el magma oculto que recorre el suelo de Teherán, la fuerza de una juventud rebelde, que siente y piensa cosas al margen de las consignas oficiales religiosas o gubernamentales.

Bahman Ghobadi se hace eco en su película del esfuerzo real de cientos de mujeres y de hombres que emergen de las profundidades de la tierra para cambiar un régimen violento y asfixiante. Pero el sacrificio de todos ellos por derrumbar, desde las entrañas, los cimientos autoritarios de su propio país, corre el peligro de no servir de nada si Israel los bombardea. La “primavera árabe” del año pasado demostró el poder del que pueden gozar las ciudadanías indignadas. La movilización pacífica, la paciencia y el coraje de un pueblo son los únicos métodos posibles de construcción de la realidad. Una guerra sólo añadiría más ruina a los cristales rotos.

viernes, 3 de febrero de 2012

Arte y emigración ilegal en Europa (IV)

 
Le Havre



Kaurismäki, a su vez, ha rodado un drama delirante, muy en la línea de otro de los grandes artistas finlandeses, el novelista Arto Paasilinna. No es de extrañar que el cineasta nórdico se implique en el tema de la emigración, pues él, desde hace veinte años, reside en Portugal. Es decir, conoce el deseo de cambio, la desorientación y el extrañamiento de quien llega al final de su viaje y no se reconoce en nada de cuanto le rodea. Con esta sensibilidad previa, el genial director nacido en Orimatilla (1957) se ha adentra en la historia de un niño subsahariano que trata de reunirse en Gran Bretaña con su madre, quien trabaja en una lavandería china de Londres. Desde el comienzo de la cinta, Kaurismäki nos sitúa frente a un marco de ensueño. Gracias a una fotografía portentosa –de colores contrastados, y de luz tamizada–, los espectadores saben que asisten a un mundo paralelo a este en que estamos, y que no se le va a contar un relato creíble o realista, sino una entrañable fantahistoria. El protagonista de esta obra colosal es colectivo, aunque destaca Marcel Marx, un limpiabotas felizmente casado con una emigrante finlandesa que padece un cáncer. El ingreso de su esposa en el hospital coincide con el hallazgo de un grupo de emigrantes clandestinos dentro de un contenedor del puerto, con la posterior huida de Idrissa (de apenas 12 ó 13 años) y con la búsqueda que emprende el comisario local para ponerlo a disposición del juez. En ese tiempo, el viejo Marx, compinchado con todos sus amigos (un matrimonio frutero, una panadera, la dueña de un bar, una cantante rock y limpiabotas vietnamita –con pasaporte chino–, oculta al chico hasta conseguir el dinero necesario para que una embarcación pesquera, de modo fraudulento, lo lleve al Reino Unido.


Le Havre es un canto al compromiso social de un pueblo consciente de su propio mosaico de razas, y por ello, de lo que cuesta vivir en libertad. El humor, la ternura y el afecto cohesionan a la ciudadanía, que se protege sola, que sobrevive sola, que sueña sola, y que se erige como la única depositaria de la justicia. 
Acompañada de una desgarradora banda sonora (cuyo tema principal –“Matelot. The Renegades. 1965– sobrecoge) y provista de un alto sentido de la estética, la película de Aki Kaurismäki propone un compromiso al margen de las leyes, un camino privado sin eco en la administración: la solidaridad. Cada una de nuestras decisiones personales es una manifestación política. Un folio se desgarra fácilmente, pero noventa no.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Rosa candida




De la poesía sueca, a la narrativa islandesa. Reseña del nuevo libro de la escritora Augur Ava Ólafsdóttir, publicada en La Tormenta en un vaso. Ólafsdóttir (1958) es profesora asistente de "Historia del Arte" en la Universidad de Islandia. También dirige el museo universitario.